2x08. Holding on a rope

Sebastian



Apenas escuché esa voz, llevé instintivamente mi mano al interior de mi chaqueta, donde llevaba mi arma. Me di vuelta viendo a un agente de policía acercandose. No venía en una actitud amenazante así que aflojé levemente los músculos tensionados, pero no bajé el brazo.

- No te he visto antes ¿Eres nuevo?... Te han enviado a reemplazarme en la patrulla ¿Cierto? Estoy harto de dar vueltas por este pasillo desierto, necesito un descanso...

Maldito policía amistoso parlanchín. Saqué la mano del interior de mi chaqueta y la bajé.

- No, lo siento, no he venido a reemplazarte. Tampoco soy nuevo. Soy del distrito de Queens. Lamont ha pedido refuerzos de los distritos vecinos y nuestro comisario me envió a mi con otros tres agentes. Parece que tu jefe está un poco paranóico con todo esto, no comprendo por qué necesaritarían refuerzos en una escuela. Esto es ridículo.

Lo mejor para dejar fuera de lugar a un tipo como este era atacarlo con su propia actitud. Un par de frases dichas rápidamente serían suficiente para dejarlo pensando y darme tiempo a largarme de aquí cuanto antes. O eso creí...

- Queens ¿eh? Mi primo trabaja en el distrito de Queens, así que seguramente lo conozcas, él...

- Mira, amigo, no tengo tiempo para esto, tengo cosas que hacer...

Eso no pareció agradarle mucho. Un descuido de mi parte ya que ahora estaba más atento a las lagunas en mi historia. Hice un amago de irme pero no fue tan sencillo.

- Si no eres mi reemplazo en la tarea de vigilar este pasillo, entonces ¿qué haces aquí?

- Lamont me ha enviado a ver que siguieras en tu puesto. Vine y no te vi por ninguna parte, así que me iba a decirle que te habías largado o estabas dormido en el baño, pero ahora que te veo todo está en orden, no te preocupes.

Me di vuelta y comencé a caminar alejándome. Me sorprendió que no dijera nada más y entonces me di cuenta por qué no me había interrumpido al oir el sonido de una puerta a mis espaldas.

- Ey, esta puerta estaba cerrada con llave. ¿Tú has...? ¿Por qué has entrado? ¿Quién eres?

No me di vuelta, pero por el sonido de sus pasos y el volumen de su voz me di cuenta que se estaba acercando. Cuando estuvo más cerca vi de reojo su mano a punto de apoyarse en mi hombro.

- Eh, te estoy hablando a ti...

Apenas apoyó su mano en mi hombro la tomé y tiré de su brazo hacia adelante, inclinándome yo también y haciendo que pasara todo su cuerpo bruscamente por encima mío, girara y cayera de espaldas. Entonces me giré para quedar inclinado de frente a él y le di un fuerte golpe en la cara, dejándolo inconciente. Lo tomé de ambos brazos y lo arrastré hasta la habitación de Moore. Le quité las esposas del cinturón y se las puse rodeando un caño de gas de la estufa y lo dejé ahí, inconciente y encadenado. Entonces sí me largué. Atravesé como una bala el pasillo y salí del edificio de habitaciones masculinas de Saint Andrew hacia el edificio principal. Tenía que atravesarlo para llegar hasta la puerta principal, o tal vez me tomara un atajo por la salida secreta del muro, pero de todas formas tenía que largarme rápido. Finalmente llegué a los jardines del frente y miré alrededor. Cerca de la entrada vi a Lamont caminando junto a Ian Knight y venían en mi dirección pero aún no me habían visto. No podía salir por ahí, tendría que pasar al plan B. Me desvié hacia un lado de los jardines en dirección a los arbustos junto al muro por donde podría salir, pero a mitad de camino algo distrajo mi atención. Intenté no prestarle atención al verla pero me llamó la atención el brillo húmedo de sus llorosos ojos azules y el cabello oscuro agitándose alrededor de su rostro angustiado. Sostenía un libro con ambas manos y estaba apretándolo tanto que parecía estar a punto de partirlo en pedazos, y sus nudillos habían tomado un color blanco por la presión con que apretaba sus dedos. Caminé hacia ella y me detuve detrás del banco donde se encontraba.

- Jessica...

No sabía qué más decir. El peso de la caja metálica en mi bolsillo, equilibrado por el peso del arma del otro lado de mi chaqueta parecían gritarme que me largara de aquel campus de muerte mientras pudiera, pero verla así fue más fuerte y no pude evitar desviarme de mis planes. Algo que podía terminar resultándome mortal...

Mi mente divagaba mientras todo el mundo parecia haber desaparecido, perfecta ocacion para desaparecer de cualquier alumno con problemas o profesor angustiado, más aun de policias quisquillosos que veian sospechas en cada paso que se daba. No estaba en condiciones de soportar algun interrogatorio más, o intento de, por el momento me habia escapado de todos sin mayor consecuencia, tal vez solo una que otra mirada inquisitiva de esos tipos que nada mas tenian que hacer.
Me agité un poco el cabello y quité algunos mechones del mismo que se caian en mi rostro a causa de la suave brisa, deje el libro a un lado y estiré mis dedos que se encontraban cansados por la fuerza con que habia tomado esas pobres hojas sin darme cuenta, Sebastian aun me causaba sensaciones intensas que lamentablemente ya no eran de pasion, sino de impotencia.

- Jessica...

Otro juego de mi mente? Giré mi rostro bruscamente y abrí los ojos como platos al verlo ahí. Miré rapidamente a mis costados para asegurarme que nadie estaba observandonos y como un resorte me puse de pie y me acerqué a él.

Aún sigues acá? Es peligroso, alguien puede verte

Lo tomé de un brazo sin decir más, el contacto me estremeció, una ola de viejas y nuevas sensaciones mezcladas con recuerdos me obligó a cerrar los ojos fuertemente por unos segundos.

Si tienes tiempo para hablar conmigo sigueme, conozco un camino seguro.

No sabía que iba a decirle cuando estuvieramos en tierra neutral, pero seguí mis impulsos, ya casi no tenia oportunidad de hablarle, menos de verlo por mas de 5 minutos, era ahora o me resignaba a perderlo para siempre, mi paciencia se estaba agotando y lo necesitaba conmigo un tiempo, aunque fuera para despedirme definitivamente.

Vamos a mi habiacion, no digas nada en el camino que me recuerde que me estoy exponiendo a las mas peligrosas acusaciones de la ley.

Sonrei de medio lado mientras lo guiaba por un oscuro pasillo usado mas como salida de emergencia y olvidado por todo el mundo, menos por alumnos lujuriosos en encuentros breves con algunas chicas, pero no era el caso a estas horas, se daba mas entrada la noche. Camine con paso seguro, sin decir más en el camino, atenta a cada ruido que no fueran sus pasos o los mios, sintiendome fuera de la realidad algunos momentos al recordar que realmente estaba detrás, a unos escasos pasos caminando tan asustado como yo, no por la situacion, sino por la conversacion que tanto se habia postergado, ninguno de los dos sabia si realmente eramos los mismo que hace dos años, o que iba a pasar despues de los escasos minutos de charla que seguramente tendriamos.
Abri una puerta pesada, que daba al pasillo de las habitaciones de profesores, afortunadamente nada habia interrumpido mi camino hastá allá, y seguia todo facil, nadie estaba a la vista. Volvi a cogerlo de un brazo tironeandolo hasta la puerta de mi habitacion y abriendo la misma rapidamente, con un empujón brusco lo metí adentro y cerre la puerta detrás de nosotros.

Por fin solos, despues de tanto tiempo de incertidumbres... ¿Como has estado?

Deje las llaves sobre la mesita de noche y me senté en la punta de la cama, observandolo de pies a cabeza, sin duda era mi Sebas, tal y como lo recordaba. Mire sus ojos para animarlo a hablar, ya no tenia esa actitud cortante de la vez anterior, ahora deseaba verlo por que lo amaba, no para matarlo con mis propias manos como pensaba hace unos meses.

Jessica
(Con Sebastian)

Claramente la conversacion no se estaba dando como la esperaba, en vez de mi merecida explicacion a todo esto se deshacia en sentimientos de culpa y reproches de que esto era peligroso. Y bien? Estaba metida ya, quisiera o no era o seria el blanco de los detectives si llegaban a buscarlo a él, ¿Cuanto tardarian en averiguar nuestra relacion? Nada, si es que no lo sabia ya, pero no tenia claro hasta que punto el servicio policial buscaba a Sebastian, no habia escuchado rumores entre pasillos ni nada, eso me aliviaba un poco.

- No quiero ponerte en peligro, Jess, lo siento, yo... debo... debo irme...

Irte? Tu estás loco? Sabes cuanto tiempo llevo esperando a que aparecieras para poder tener una exlicacion! Sebas, ya estoy en esto por que estoy contigo, y lo quiero así!

Giré mi rostro para que no lo viera y aprete fuertemente los ojos evitando las lagrimas. Lo extrañaba desesperadamente y no podía dejarlo ir así como así. Sentado a mi lado me obligo a mirarle de nuevo y en un flash nuestros labios estaban pegados y en otro flash la pena se esfumaba y estaba encima de él besandolo como en nuestros mejores momentos.
Unos golpes en la puerta me volvieron a la realidad, me separé bruscamente de Sebastian y me quede quieta atenta a los golpes de la puerta.

- Jessica Ewing, abra la puerta por favor, soy el detective Lamont.


- Mierda

¿Qué hacemos?

Me puse de pie quitandome la camiseta y los panalones.

Un segundo señor Lamont!

Corrí al cuarto de baño quitandome los sostenedores y enrollandome en una toalla.

Bueno, no se me ocurrio nada mejor, que tienes tu? El tiempo se acaba y me atreveria a sugerir el tipico escodite debajo de la cama o en el closet... ¿Que opinas?

Dije en su oido lo más rapido que pude, el detective de seguro se estaba impacientando allá afuera y tenia que darle una respuesta

Claire con Talan, Trent y Barbara --> Espero

Erika --> Encontrable

Phoebe --> Encontrable

(leo y me situo mejor)

Tina



Con la huída repentina de Alfie del colegio y de mi vida, no me había dado cuenta que ya había pasado más de medio día y yo no había hecho demasiado por moverme y salir de la cama. Todavía seguía encogida con las piernas apoyadas contra el pecho y la vista perdida en algún punto de la pared. Se había ido y aunque era una reacción que podía esperar me había dejado destrozada. No había llorado sería de idiotas hacerlo, pero el golpe me había dejado inmovilizada.

Lentamente, como si tuviese heridas visibles en el cuerpo me giré en la cama, dispuesta a perderme de nuevo en el laborioso trabajo de contar las manchas de la pared pero un ruido seco en la habitación de al lado me sacó de mi trance. Me puse de rodillas sobre la cama afinando el oído y tras unos segundos me encontré con la oreja pegada a la pared casi haciéndome daño por intentar escuchar mejor la conversación que tras las paredes tenía lugar.

-… profesora…. registrar…. habitación.

Aunque la conversación me llegaba a pedazos podía hacerme una idea de lo que estaba pasando. Me aparté de la pared lo justo para girar la cabeza y aplastar la otra oreja para seguir escuchando.

- … él está ahí… será arrestada…cómplice… criminal buscado.

Abrí los ojos como platos y comencé a temblar. ¿Criminal buscado? ¡Oh, Dios! Y si Jess estaba… Dejé de hiperventilar en el momento que comencé a pensar, no era un criminal buscado, era… ¡Sebas! ¿A quién si no iba a proteger Jess? ¿Qué hacía en el colegio de nuevo? ¿No había dicho que era peligroso, que no podía arriesgarse?

Me revolví incomoda y seguí escuchando tras mi pared mientras presenciaba como espectadora indirecta como las cosas se iban de las manos de Sebas. En cuanto escuché el sonido de la puerta al cerrarse salté de la cama y salí corriendo de mi habitación encontrándome todavía a Lamont y Knight dando órdenes a sus hombres.

- Tengo que hablar con Sebastian, déjenme entrar en esa habitación – dije acercándome a ellos blanca como una vela, todavía con un ligero temblor de manos- Yo le conozco, está actuando bajo presión si me dejan yo podría intentar soluc…

Sus miradas eran claras, no era policía ni un negociador de esos que salían en las películas. No iban a escucharme.

- Por favor. Puedo ayudar, sé como hablar a Sebastian y hacer que entre en razón.

Ninguno de los dos dijo nada y uno de los orangutanes que trabajaba para ellos me empujó ligeramente.

- Señorita, esto no es trabajo para usted. Hablamos de un criminal peligroso. Déjenos esto a nosotros.

- Pero…

Noté como el agente me iba llevando firmemente hacia la puerta de mi cuarto e incluso la abrió para que entrase.

- Aquí estará más segura, por lo que pueda pasar.

Resoplé y me crucé de brazos entrando de nuevo en la habitación. ¿Qué mierda había sido eso? ¿Por lo que podía pasar? ¡Venga, era Sebas! ¿Qué podía hacer?

De nuevo en la habitación pegué mi oreja contra la pared y me quedé así unos instantes hasta que una idea que podría tacharse de locura cruzó mi cabeza.

Sin pensarlo dos veces me acerqué a las puertas de la terraza, descorrí las cortinas y abrí las dos mamparas para salir al exterior. Definitivamente era una locura y no recordaba ya la última vez que lo había hecho.

Respiré hondo para armarme de valor al tiempo que me subía a la moldura de mármol del balcón. Primero un pie y luego el otro. Era una suerte que en ese momento no lloviese, un resbalón y me partiría la crisma… dos pisos más abajo. De cuclillas como si fuera una rana analicé la situación, del balcón de Jess me separaba un salto de un metro y aunque en mis años de universitaria lo había hecho a menudo yo ya no era esa hippie fumada a la que no le importaba el riesgo y ahora, además, podía recibir un balazo en cualquier instante, no había que ser muy listo para suponer que esta zona estaba controlada por francotiradores. Tragué saliva y me levanté apoyándome en la pared, podía notar el latido de mi corazón desbocado en cada parte de mi cuerpo y el miedo atenazándome las piernas. Esto iba a salir mal.

- Jess, si salgo de esta voy a matarte – murmuré justo antes de saltar.

Fue un salto rápido, con los ojos cerrados y resbalón de mi bota derecha en el borde incluido. Agarré el mármol con todas mis fuerzas para recuperar el equilibrio rascándome la palma de las manos y me escurrí hasta quedar sentada en el suelo del balcón, blanca y temblando. Acababa de ver pasar mi vida en diapositivas.

Respiré un par de veces para calmarme y, todavía sentada, golpeé la puerta del balcón de Jess.

- Abrid esta maldita puerta antes de que me metan un tiro en la cabeza – grité desde el exterior. Podía imaginarme, al otro lado de la habitación, en el pasillo, a Lamont como loco acordándose de toda mi familia y jurando arrestarme por insolencia y desacato a las fuerzas de seguridad. Bueno… si no me disparaban no iba a ser tan malo después de todo.

Lucy
(con Nancy y Elle)





Elle tenía razón, hablar del tema de Remy en la cafetería no era una buena idea. Cualquiera podría oirnos y ya habíamos tenido suficiente inspector Lamont por hoy.

- Será mejor que vayamos a nuestra habitación, allí hablaremos con más calma - Nancy se levantó tras de mí pero Elle se quedó sentada, dudando. - Tú también puedes venir, Elle, pero debes jurarnos que no dirás nada de lo que escuches en esa habitación.

La miré directamente a los ojos, fríamente, para que le quedase claro. No iba a jugármela con algo que tuviese que ver con Remy y si tenía que ser dura o desagradable no me importaba.

Tras unos segundos en los que pareció pensárselo Elle se levantó y nos siguió. Subimos hasta las habitaciones con calma para no levantar sospechas pero cuando llegamos allí nos encontramos con varios policías en el pasillo de la segunda planta donde estaba situadas las habitaciones de las profesoras. Miré a Nancy y Elle con cara de sospecha pero sin abrir la boca y con rapidez abrí la puerta de nuestra habitación.

- Creo que Lamont se está volviendo paranóico - comenté mientras cerraba la puerta tras ellas.

Esperé a se se sentasen y después me apoyé contra el escritorio, mirando a Elle.

- Para ponerte sobre antecedentes, creemos que Remy sigue vivo... en alguna parte.

Le dí un tiempo para que digiriese la noticia y me reprochase la locura de la idea igual que había hecho Nancy cuando se lo había contado pero antes de que abriera la boca, hice un gesto con la mano para que permaneciese en silencio.

- Bauer, Clark lo vió antes de morir - desvié la vista, otro que me había ayudado y había desaparecido - y si de algo estoy segura es que su cuerpo no apareció después de los atentados del colegio.

Me levanté y me acerqué hasta la ventana para mirar al jardín y unos metros más alejados a los nseúntes que paseaban por la calle.


- Le hemos preguntado a Henri pero no quiso decirnos nada - suspiré - y nuestras dos últimas ideas: el profesor Snake y Jason Moore han desaparecido antes de que pudieramos preguntarles algo.

Me giré para mirarlas de nuevo.

- Así que no sabemos por donde seguir.

Suspiré, casi con ganas de llorar. Me había sentido tan cerca de Remy... y ahora de nuevo me alejaba.

Había escrito un mensajazo con Nancy y se me fue TODO cuando pue una foto! así que me niego a escribirlo otra vez, me enfado xD Sorry! El lunes ya escribiré...si queres continuar esa charla....que rabia ¬¬'