2x08. Holding on a rope

Elle Deadley



Subimos a la habitacion y la situacion llegaba a sobrepasarme de tal manera, que comenzaba a pensar que la cosa era algo mas seria de lo que al principio me imaginaba...

- Creo que Lamont se está volviendo paranóico

Dijo Lucy mientras se sentaba en una cama ella se sento en una cama y Nancy en la otra, como era costumbre yo me sente cruzada de piernas en el suelo cogiendo un cojin entre los brazos.... poco, pero estaba nerviosa...

- Para ponerte sobre antecedentes, creemos que Remy sigue vivo... en alguna parte.

Mire a ambas con media sonrisa, tomandome a broma lo que estaban diciendo... pero al mirar a Nancy... comprendi que la cosa pintaba mal, un psiquiatra era la mejor opcion... pero Lucy? no la consideraba una situacion tan extrema como para ver visiones, asi que segui escuchando... mientras temblorosa asentia.

-Pe... pero... intente vocalizar, pero Lucy me freno con la mano...

- Bauer, Clark lo vió antes de morir y si de algo estoy segura es que su cuerpo no apareció después de los atentados del colegio.

Se levantó y se acerco hasta la ventana para mirar al jardín

- Le hemos preguntado a Henri pero no quiso decirnos nada y nuestras dos últimas ideas: el profesor Snake y Jason Moore han desaparecido antes de que pudieramos preguntarles algo. Así que no sabemos por donde seguir.

No sabemos por donde
seguir...siempre que hemos querido ir a por alguien a pedirle consejo o
ayuda ha desaparecido y ha sido un intento fallido. Se
nos acaban las ideas, mi hermano mayor no nos dice nada, no sabes por
dónde seguir ahora que Jason no está...y tú pones una cara como si
estuiésemos locas, cosa que entiendo porque tomé a Lucy por loca cuando
me comentó sus teorías
Y
ahora....es tu turno, te dejamos hablar, opinar o tomarnos por locas,
pero no te pienso dejar salir por esa puerta si piensas contárselo a la
primera personas que veas, ni a Lucas, ni a nadie...esto se queda aquí...

-Y por que... no vamos a buscarlo?- dije sin pensar... si no sabes donde esta alguien y sabes seguro que está, vas a buscarlo....

Tome aire...
-No quiero saber por que habeis llegado a esa conclusion, ni siquiera como supisteis que ocurrio con Audoux, simplemente me habeis pedido opinion... -me quede pensando un segundo- Sé por donde podemos seguir!!!! dije un poco alto de modo que me tape la boca de inmediato... Tome las llaves del coche y les señale la puerta...

-Vamos...

Subimos al coche y cuando el guardia nos preguntó, le dije que ibamos a la tienda de arte... el sabia que muchas veces salia para eso... Conduciendo de camino al hospital pense en Lucas, y en la pose de desinteresada que ejercia Anne, estando en el sofá de fuera, como la martir, la pobrecita la pobre amiga de Luke... me dio rabia y acelere un poco pero entonces recorde el accidente, las melenas rubias en el auto y una cara indefinida conduciendo... llegamos al hospital no habia ni un dia que no llamase para ver su evolucion, pero Luke no queria verme alli, de modo que le preguntaba a Kate, la enfermera que paso a ser amiga...

-Bueno que me decis, si tenemos acceso al registro de defunciones??? pregunte todavia dentro del coche...

Dawn
(con Milly, Andy y después con Ian)






Mi primer día de trabajo en Saint Patrick había llegado a su fin. No me podía quejar, había sido tranquilo y había tenido tiempo para conocer un poco más a mi ayudante y poner en orden todos los estantes de la enfermería.

- Milly si quieres puedes recojer ya, acabo yo de cerrar no te preoc...

La puerta de la enfermería se abrió de pronto. Un hombre estaba en la puerta intentando recuperar el aliento, había llegado corriendo. Miré a Milly y me acerqué rapidamente al agente.

- ¿Qué ha pasado?

- Hay un hombre herido en la zona de habitaciones del colegio, necesitamos su ayuda mientras no se acerquen los equipos sanitarios hasta el colegio.

- Maldita sea - murmuré mientras comenzaba a meter utensilios, gasas y todo aquello que pudiese necesitar para tapar la hemorragia o en su caso extraer la bala. Yo era una enfermera, no un médico y no tenía demasiadas nociones sobre este tipo de trabajos. - Milly, necesito que me acompañes - pedí. - No sé que me puedo encontrar y quizás necesite tu ayuda.

Cuando tuve el malentín listo deje que el agente nos guiase mientras intentaba mantener la calma y no mostrarme demasiado vulnerable con Milly pero no era fácil. Cuando llegamos junto al inspector Lamont me acerqué tras que Robertson, que así se llamaba el agente, se alejase.

- ¿Y bien?

- Señora Campbell-Knight ¿Verdad? Su esposo recibió un disparo de un arma calibre 45 en el vientre, por debajo de las costillas y está perdiendo mucha sangre.

La preocupación se reflejó en mi rostro pero si quiera pude preguntar nada, escuché los improperios de Ian desde la otra habitación. Hice una mueca e intenté centrarme en lo que Lamont me decía.

- ... aún conserva su vocabulario intacto y... no está de buen humor. Ya hemos llamado una ambulancia, así que estarán aquí pronto y no tendrá que ocuparse de esto por mucho tiempo, pero necesita tratarlo cuanto antes y detener el sangrado... Sé que esta situación es algo difícil y no es lo mismo que tratar con cualquier otro paciente, así que si no se siente capaz de realizar el trabajo, por favor, dígamelo ahora.

Negué con la cabeza y le hice un gesto a Milly para que se acercara.

- Avíseme cuando los sanitarios lleguen. Estaremos dentro con mi marido y si no se lo pedimos por favor, no entren, si algo sé de mi marido es que no le gustan este tipo de espectáculos.

Tomé aire , pasé por un lado del inspector Lamont y abrí la puerta. Ian me miró desde la camilla dispuesto a volver a gritar y negar que necesitaba ayuda.

- Por favor, no digas nada y déjame trabajar. Este es mi campo, no el tuyo.

Me puse los guantes de latex y Milly hizo lo mismo, después siguiendo el protocolo cortó la camiseta de Iany yo la separé de la herida.

- Dios, Ian - palidecí . - Milly desinfecta la herida con una gasa y alcohol y después tapónala mientras yo preparo el resto del material. Tenemos que coser , tiene mala pinta.

Me acerqué al maletín dándole la espalda, apretando los labios de impotencia, rabia y por evitar echarme a llorar. Era por esto por lo que odiaba el trabajo de Ian, no quería verlo tumbado en una camilla o tras un ataúd.

- Cariño, lo siento pero tendré que coserte sin ningún tipo de anestesia. La enfermería no esta preparada para ... imprevistos como este y si espero a que lleguen los sanitarios puede que sea tarde.

Saqué el hilo quirurjico y una de las agujas. Podía notar como me temblaba el pulso y hasta un par de intentos no conseguí meter el hilo por el ojal. Me acerqué a Ian de nuevo y aparté a Milly hacia un lado. Acerqué una silla y me senté para tener mejor visión.

- Esto te va a doler - hice una mueca e introduje la aguja dentro de la piel para comenzar a coser. No sé a cual de los dos le estaba sentando peor.

Sean Connor
Había dicho que en este colegio el circulo social lo era todo, bueno creo que esto sería interesante Lo cierto es que con este de tener a la policía controlando todo lo que hacemos las actividades divertidas están un poco paradas, sin contar que los exámenes nos quitan monton de tiempo para salir, divertirse... ya sabes. Por lo que yo sé, ahora mismo a lo único que se puede aspirar es a hacer una mini-fiesta en algún cuarto siempre que no te pillen fuera de tu habitación con el toque de queda impuesto. - - Se echa de menos salir a los locales mas cool de la ciudad pero mira... con un asesino suelto yo no volvería sola a mi cuarto a las cinco de la mañana. Ya se sabe que las guapas siempre mueren en las películas de terror, yo no quiero ser la siguiente víctima.. Medio sonreí No te preocupes, nunca te dejaría ir tan temprano, además quien desayuna tan temprano? .sonreí, no sabes lo que espera, sé que eres una depredadora pero no conmigo, tarde o temprano cederás, no sabrás como pero lo harás, pero tiempo. Bueno, ahora que lo dices, recién estrene mi departamento, y como que hace falta fiesta. Digo, tú tienes amigos ansiosos de fiesta y yo un depto fuera del colegio. Nadie nos molestaría. Salvo que quieres pasar la noche en tu habitación...

Jessica
(Con Sebastian y Tina)

Todo paso muy rápido, en un segundo la puerta se abrio, dejandome sin respiración, sobre todo al ver el arma en la mano de Ian Knight y luego el arma en la mano de Sebastian. En otro flash me vi en el piso, sobre Tina, y de ahí todo se me confundió, hasta que logré incorporarme y ya estaba Sebas En mi cama, ensagrentado con Tina sobre él, ayudandolo. No estaba clara en mis sentimientos, si tenia ganas de golpear a Sebastian por este enredo o de golpear a Tina por estar sobre Sebastian. Me incorporé de golpe, quizás cuanto tiempo habia pasado así, divagando, para mi eran siglos. Me acerqué a Sebastian apartando a Tina suavemente.

Dios Sebas! Como has quedado!

Aparte un poco su camisa para mirar la herida cuando me tomo la mano y me obligo a mirarle.

- Jessica... Yo... Aún no sé cómo, pero tengo que encontrar la manera de salir de aquí y después de todo esto... No podrán volver a verme, tendré que desaparecer, y esta vez... para siempre.

No digas idioteces, esta vez no te irás solo si pretendes irte.

Dije de la forma más fria posible, dejando de lado los nervios y la desesperación. Después de todo el estado de inconciencia me habia permitiro aclarar la mente para actuar ahora, sin dejarme llevar por el miedo.

- Pero antes de irme necesito decirte algo... Necesitamos... que sepas la verdad. No puedo irme con este secreto, Tina, tenemos que decirle...

Miré a Tina con rabia, alejandome unos pasos de ambos, luego miré a Sebastian.

Necesitan? Qué parte de ustedes dos y sus secretos me he perdido? Suponia que los unicos secretos los compartias conmigo, pero anda! Habla de una vez que deseo conocer lo que me llevas ocultando todo este tiempo, o por lo menos parte de ello.

Suspiré apretando los puños que estaban colgando a mis costados.

- ¿Se lo dices tú o lo hago yo?

Para de idioteces, da lo mismo quien me lo diga, no hay tiempo de sobra y aún no pienso en la forma de sacarte de aquí sin que te rellenen de balas!

Es complicidad entre ellos me irritaba más a cada segundo, no me quedo más que mirar a Tina con un odio nuevo en mi, un odio que no me pensaba capaz de sentir, o tal vez eran celos de los mas puros y descontrolados, volvi mi vista a Sebastian, esperando mi respuesta, lista para saltar y matarlos con mis propias manos.

- ¿Recuerdas que te dije que Alfie había abandonado el colegio por otra oferta de trabajo? Bueno, te mentí. Alfie, no se marchó por otro trabajo. Se alejó del campus y de mí porque yo, yo… porque le confesé que Sebastian y yo nos acostamos la noche de Año Nuevo.

Mantuve la calma, sin mostrar ninguna emoción, miraba a Tina fijamente, mientras veia como se deshacía en llantos.

- Lo siento, cielo. No estaba pensado que sucediese pero pasó, ¿sabes? Yo había discutido con Alfie, me sentía sola y…

No me interesan los motivos Tina... -seguia sin inmutarme, sabia que eso le estaba poniendo los nervios de punta, además sentia la mirada de Sebastian sobre mi, eso era lo unico que me incomodaba-

- Sé que fue un error y que debí pensarlo pero en ese momento me pareció la mejor idea, Nunca fui con malas intenciones, Jess. Cuando llegué él me calmó y nos quedamos bebiendo pero… cuando quise darme cuenta estábamos sobre la cama, estábamos fuera de nosotros mismos, como animales, como…

Tampoco quiero los detalles... cielo... -dije sarcásticamente, mirando ahora a Sebastian, que esperaba expectante una reaccion mia, que no se manifesaba-

- Lo siento, Jess. De veras que no quise… no quisimos hacerte daño. Todo fue un maldito error que no sucederá jamás. Soy una maldita zorra

Sonrei de medio lado, bajé la vista unos segundos.

Ya lo sabía, desde el preciso momento en que ocurrió. -suspiré- Volvi después de un rato a disculparme contigo Sebas, y la puerta estaba mal cerrada, entre y bueno... por las botellas vacias supuse q no estabas solos a si que fui a buscarte por todo el lugar y te vi ahi con Tina.

La mire a ella, que estaba más sorprendida que Sebastian, de seguro él habia notado mas los celos que me provocaba verlos cerca, las ganas que tenia de matar a Tina de una vez.

Pensé que me iban a confesar otra cosa, pero bueno, ya que no hay sorpresas volvamos a la realidad.

Me acerqué a Sebastian sin decir más y le arranqué la camisa de un tirón, sin animos de causarle daño, solo de apresurar las cosas. Hice un tapon con su camisas sobre la herida, no podria quitarle la bala a tiempo y menos hacer que sobreviviera a eso. Me quede mirandolo fijo un segundo acercando mi cara a la suya.

Por lo menos dime si alguna vez me amaste, ese es el gran misterio que he querido saber desde que desapareciste de nuevo. Y si el beso que me diste antes de que pasara esto fue por rutina o por verdadero sentimiento. Te prometo que si no me quieres ver mas, te facilitaré el trabajo...

Mire sus ojos, que seguia amando a pesar de todo, olvidandome que la causante de todo esto estaba cerca mio, esto era mas importante para mi que todo lo otro, que estúpida que era!!

Después de que Sophia Dixon se fue con el grandote, me quedé solo en aquella habitación lúgubre con el francés que parecía dirigir todo. Él esperó unos momentos en silencio y luego me miró mientras sacaba un paquete de cigarrillos no sé de dónde y se encendía uno, tampoco sé muy bien con qué. La verdad es que solo pensaba en las ganas que tenía de largarme de aquel lugar cuanto antes.

- Iré al grano, padre, porque no tenemos mucho tiempo. ¿Dónde está la libreta de Vanderberg?

Maldije por dentro el día en que encontré aquella libreta del demonio.

- Yo no... - pensé por un momento en decir que no sabía de qué estaba hablando, pero me di cuenta que no sería prudente tomar por tonto a alguien tan bien informado - no la tengo.

Su mirada estaba errante por el mural de nombres y fotos pero repentinamente clavó sus ojos en mi entrecerrándolos.

- ¿Qué quiere decir con que no la tiene? No intente jugar conmigo, padre Hernández. Sé que usted la tiene. Sé que la encontró en su despacho y se la entregó al detective Andrew Lamont, sé que luego acudió a la casa de este con Sebastian Bla... Snake, y que la robó de vuelta y luego se fue a Boston... Solo nos falta saber qué hizo con la libreta si no la tiene con usted.

Realmente estaba bien informado. No podía escapar de esto.

- No me la he llevado a Boston porque no la... No tengo ningún interés en esa libreta, nunca lo tuve. Solo la recuperé de Lamont porque Snake amenazó con adquirirla a su manera y no quise permitirle que le hiciera daño al detective. Sebastian se quedó con la libreta.

Él abrió los ojos como platos y dio dos pasos hacia mí.

- ¿Qué? ¿Sebastian tiene la libreta de Vanderberg?

- Sí... - afirmé tímidamente.

- Pero entonces... ¿Por qué huyó a Boston?

- Sebastian me mandó allí para evitar a la policía... dijo que no podía arriesgarse a que yo hablara si ellos me arrestaban, y Lamont seguramente me hubiera detenido después de lo que aconteció esa noche...

Las imagenes de Sebastian y el tiroteo con aquellos tipos volvieron a mi mente como si acabara de acontecer.

- Pero si Sebastian tenía la libreta ¿Por qué Moore no lo sabía? ¿Cómo se le pudo escapar algo así? ¿O acaso...?

Se quedó en silencio por un momento con la mirada perdida. Yo no pretendía siquiera intentar entender por dónde iban sus pensamientos. Luego de un minuto sacudió la cabeza y apagó el cigarrillo aplastándolo contra un viejo cenicero de vidrio.

- Sacre bleu, maldito seas, Jason Moore... Nunca debí confiar en ese petit diable.

Dio un golpe contra el escritorio y el cenicero cayó del borde, partiéndose al medio en el suelo.

- Bien, supongo que entonces ya no lo necesitamos, Padre Hernández. Gracias por su tiempo.

- ¿Puedo... puedo irme ahora...? - dije levantando la vista del cenicero roto pero me quedé mudo al ver el arma en su mano apuntando en mi dirección. No sabría reconocer el tipo de pistola pero podía reconocer aquel cilindro en su punta como un silenciador.

- Lo siento, Padre. Sabe demasiado.

A pesar de lo extremo de la situación no pude evitar detenerme a pensar en lo irónico que me resultaba estar empezando a acostumbrarme a tener un arma apuntando en mi dirección. Parecía estar volviendose una espantosa rutina en mi vida. Esta vez ni siquiera me tomé el trabajo de cerrar los ojos con temor. Parte de mi sabía que no podía hacer nada al respecto y no tenía sentido desesperar; otra parte esperaba que apretara el gatillo y se terminara aquella pesadilla de una vez. Pero otra parte de mi también creía que tal como las veces anteriores algo pasaría que intercedería en mi favor y me salvaría de la muerte, por ridículo que pareciera pensar en algo así. Claro que no era del todo ridículo para un hombre de Dios, pero sí era irónico que yo me considerara uno después de todo lo que me estaba pasando.

Y por irónico e improbable que fuera, eso fue lo que aconteció. Algo interrumpió aquel fatal momento, prolongando mi vida una vez más. Un grito desde el exterior llamando a Jean-Luc lo hizo mirar hacia la puerta y un momento después esta se abrió mientras el joven que se había ido antes entraba en ella bruscamente, agitado como si hubiera estado corriendo.

- Remy ¿qué...?

El joven se quedó mirando el arma un momento y luego miró a su portador a los ojos, con una mirada furiosa.

- ¿Qué pensabas hacer con eso, padre?

- No es asunto tuyo, yo estoy a cargo ahora y el...

- Olvidalo, no tengo tiempo para tratar con tus enfermizas decisiones ahora. Tenemos una situación en el Saint Patrick.

- ¿Qué clase de...?

- Sebastian está atrincherado en una habitación con dos rehenes - lo interrumpió Remy -. Entró a hacerle un encargo a Moore y la policía lo descubrió. Es posible que aún lleve con él información vital acerca del proyecto Fénix. Si lo capturan, la Organización va a ir por él...

- ¡¿Qué?! ¡Maldita sea, lo sabía! Sabía que Moore tramaba algo con ese asesino a nuestras espaldas... Ese desgraciado se merece la celda en la que está - hizo una pausa, me miró por un segundo y luego volvió a mirar a su hijo -. Sebastian tiene la libreta de Vanderberg.

Los ojos de Remy se abrieron como platos y Henri dio un paso hacia adelante entrando a la habitación. Detrás de él se asomaba Sophia. Parecía que Remy los había interrumpido mientras salían y había hecho que volvieran a entrar.

- Tenemos que sacarlo de allí cuanto antes. La policía está a punto de entrar por la fuerza, ya han llamado un escuadrón de SWAT. No les importan los rehenes a esta altura.

Jean-Luc maldijo por lo bajo protestando por lo que debían hacer pero asintió. A pesar del miedo y la confusión entendía algo de lo que estaba pasando, o al menos tenía mis propias teorías, pero era obvio que toda aquella gente tenía un pasado del que yo no estaba enterado y que estaba afectando las decisiones en el presente. Jean-Luc sacó un teléfono celular de un bolsillo y comenzó a buscar un número en la agenda.

- ¿A quién llamas?

- Cuando Jason fue capturado, debe haber destruído sus discos rígidos. Si Sebastian tiene información de Jason acerca del Fenix, deben ser las anotaciones que Moore le mandó a buscar para que la policía no las encuentre, y probablemente fue él quien nos avisó de la captura de Moore por mensaje de texto. Tal vez aún conserve el celular de Moore - en ese momento encontró el número que buscaba y comenzó a llamar, llevándose el teléfono al oído -. Henri, Remy, encárguense de retrasar el equipo de SWAT como sea, necesitamos tiempo. Yo hablaré con Sebastian si puedo, y lo pondré al tanto. Vamos a sacarlo de allí con a libreta y las anotaciones de Moore sea como sea. Tengo un plan. Lleven a Dixon a un lugar seguro y nos vemos en el punto de encuentro del campus en veinte minutos.

Jean-Luc nos dio la espalda llamando por teléfono, mientras Remy salía rápidamente de allí seguido por Henri y Sophia. Esperé a que se alejaran, mientras el francés seguía hablando por teléfono a los gritos e ignorándome y entonces aproveché la distracción para escaparme de aquel lugar maldito.